miércoles, 25 de agosto de 2010

La forma de iluminación en Estación Moreno Sonora

Las líneas de la corriente eléctrica estaban a menos de 250 metros de distancia, pero en Estación Moreno no hubo electricidad jamás. Los altísimos postes de la línea que se llamaba simplemente: la termo, eran como un elemento extra del paisaje semidesértico, pero ante la pregunta sobre la posibilidad de que bajaran un par de hilos para nosotros, la respuesta siempre fue que no se podía porque era muy caro.

En la inocencia, uno se imaginaba grandes instalaciones similares a las que se conocían en Hermosillo, y claro, nadie iba a gastar tanto así para unos cuantos habitantes.

La forma de iluminación era rudimentaria, pero hasta cierto punto nada más, porque las lámparas de keroseno, que allí se llamaban lámparas de petróleo, están construidas sobre la base de un par de principios físicos muy interesantes. Que contamos al final de esta contribución.

La lámpara de la foto que se inserta enseguida proviene precisamente de Estación Moreno. Está hecha de vidrio y fue pegada por Doña Conchita siguiendo una receta que fue proporcionada por un señor que vagaba con un burrito por la orilla de la vía del tren. A él le decían: el italiano.



Así la lámpara quebrada volvió a funcionar y se conserva como recuerdo de aquellos tiempos. Descansa sobre una parte de vidrio que es como una copa invertida y se abre para dar lugar al recipiente que sirve como depósito del keroseno. Al final de la abertura tiene dibujadas, en el vidrio, unas líneas que toman la forma de una rosca en la cual se acomoda cuidadosamente una pieza de hojalata que sirve para colocar en ella la mecha. Además, tiene unas pinzas para sujetar con suavidad la pieza de vidrio que se coloca arriba para aumentar la dispersión de la luz producida por la flama.

La misma pieza de hojalata tiene una ranura rectangular en la parte de en medio, por donde se pasa una pieza de tela gruesa alargada, aparentemente del mismo material que se hacen las jergas para limpiar de cierto tipo de trapeadores.

La mecha debe bajar hasta tocar el keroseno y mojarse con éste para subir esa humedad hasta la parte superior, donde se le acerca un cerillo para que empiece a arder muy lentamente. Así se produce la luz, pero sin el tubo puesto, es insuficiente.

Los tubos de vidrio eran tan delicados que se quebraban casi por cualquier motivo, incluso si los estabas limpiando después de lavarlos, también si los colocabas con algo de humedad en la lámpara, por esa razón, Doña Conchita seguía un procedimiento cuidadoso, atendiendo siempre la hora en que se ocultaría el sol, para lavarlos a cierta hora de la tarde y quitarles la humedad ligeramente, dejándolos secar después al aire, colocados sobre piezas de madera (como postes) en el patio de su casa.

No hacerlo a tiempo significaba pasarse algunas horas de la noche en total oscuridad, sin poder hacer nada, ni defenderse de los alacranes que aparecían por aquí y por allá, en un desfile que nunca terminó.

¿Por qué es necesario el tubo de vidrio para iluminar bien?
El papel del vidrio es separar de la habitación al pequeño espacio que rodea la flama.

Allí el aire está muy caliente, mientras que en el exterior la temperatura es mucho menor.



Así se genera una diferencia de densidad entre el aire del interior y el del exterior, con lo cual se genera una refracción de luz similar a la que se presenta cuando un rayo luminoso entra desde el aire a un vaso con agua. Prueben a meter un lápiz dentro de un vaso con agua y díganme si lo ven lleno.

¡No! El lápiz se ve chueco.

De la misma forma, los tubos de vidrio que Doña Conchita limpiaba con tanto cuidado cada tarde, cumplían el papel de ayudar a iluminar las habitaciones de su casa. Sin ellos, la luz era completamente insuficiente.

domingo, 22 de agosto de 2010

LA RAZA DE CABRAS DEL MUNICIPIO DE GUAYMAS NACIÓ EN ESTACIÓN MORENO SONORA

Estación Moreno Sonora se encuentra ubicado en un valle dibujado por dos cordilleras orientadas de norte a sur, separadas once kilómetros una de la otra. En su parte norte se parte en dos, formando una gran V cuya rama izquierda (de acuerdo al mapa del servicio google earth) apunta hacia la ciudad de Hermosillo, mientras que su rama derecha se dirige hacia el antiguo mineral de La Colorada Sonora.

La longitud puede estimarse en cerca de 20 kilómetros de largo y todas las lluvias que caen sobre éste corren hacia arroyos que son afluentes del arroyo de las Uvalamas, orientado de norte a sur y con sus tierras más bajas en la región de Estación Ortiz, Sonora, donde se encuentran las tierras más beneficiadas con sus avenidas.

Estación Moreno Sonora se encuentra en la zona centro occidental del valle mencionado, a la orilla del ferrocarril y a casi tres kilómetros hacia el oeste del arroyo que mencionamos.

La cuna de casi todos los rebaños de cabras del municipio de Guaymas se encuentra en Estación Moreno y la estirpe de estas chivas fue desarrollada por el Señor Miguel Castellanos Quiñonez con un primer semental de la raza nubia, que adquirió hacia fines de los años 1950. Ya en la década de los años 1960 le siguió el ejemplar que vemos en la fotografía siguiente, se llamaba “Duque” y fue atropellado por el tren cerca del kilómetro 348 del ferrocarril.




Como puede apreciarse en la fotografía, la raza nubia es de oreja grande y nariz con forma de pico de perico. Es originaria de Egipto y recibió adaptaciones por parte de los ingleses, para dar lugar a la raza anglonubia. Después fue modificada en el territorio de los Estados Unidos, donde se mejoró su producción de leche, conservando la capacidad para ser aprovechada también para la carne. El Duque pertenece a esta línea de desarrollo y fue importado desde California por Don Miguel.

Bueno para estorbar, el gobierno mexicano no contempló la posibilidad de ayudar a los criadores de cabras de ninguna manera. Entre los obstáculos de nuestra burocracia estuvo el cobro de altos impuestos por la importación de sementales, de modo que Don Miguel solía decir que sumando el pago por transporte y los impuestos, le había resultado más caro que el precio del mismo semental.

El tamaño de la oreja es fundamental porque es una forma que tienen estos animales para radiar calor, lo cual los ayuda a conservar una temperatura estable aunque tengan que desenvolverse en medios calientes.

Después, tratando de mejorar la producción de leche, hacia fines de los años 1960 Don Miguel importó al menos dos sementales de la raza alpino francés, pero el primero de estos ejemplares se perdió en el campo. El segundo dio lugar a una raza originaria de Estación Moreno, que reunía las características de la adaptación al calor, típica de las chivas nubias y la capacidad para producir leche de las chivas alpino francés.

La raza alpino francés tiene una estampa que parece el inverso de la raza nubia. Es de nariz respingada y de orejas paradas y cortas. No cuento con una fotografía del semental alpino francés, de modo que recurriré a alguna foto ajena tomada por allí para ilustrar la idea:



El experimento en Estación Moreno resultó un éxito, pues con cabras en régimen de pastoreo, y ocasionalmente en semi estabulación, se convirtió en costumbre tener cabras que producían más de 2 litros diarios.

Para comprender la magnitud de este logro, se puede comparar la producción en estabulación de la raza alpino francés en los Estados Unidos: 3.4 litros promedio en 231 días, y de la raza nubia, con 2.9 litros promedio en 211 días, también en ese país.

También en régimen de estabulación, con menos control sobre la calidad, la raza alpina ha producido en México 2.35 litros en 235 días.

Para más datos consultar la publicación sobre el tema en: www.ejournal.unam.mx/rvm/vol31-01/RVM31103.pdf

Cabe aclarar que la publicación cita resultados en kilos y aquí los estamos traduciendo a litros, lo cual introduce una pequeña diferencia por el contenido de grasa de la leche, que en el caso de las cabras es de casi 4%.

La cabra que resultó de la combinación desarrollada por Don Miguel se aprecia en la siguiente fotografía, tomada en Estación Moreno.



Aunque la fotografía está deteriorada por el tiempo transcurrido, puede apreciarse que las orejas de la raza de cabras nacida en Estación Moreno es alargada, pero no tanto como las de la raza nubia. Es la influencia del semental alpino francés.

domingo, 8 de agosto de 2010

Estación Moreno Sonora (donde se embarcó el grafito para el primer reactor nuclear del mundo)

Estación Moreno Sonora es ahora un sitio abandonado que se encuentra a 351 kilómetros al sur de la Ciudad de Nogales, siguiendo la vía del ferrocarril aproximadamente a 64 kilómetros al norte de Empalme Sonora, y también, a 75 kilómetros al sur de Hermosillo.

Como se puede verificar en el sistema de google earth, su localización geográfica está en 28 grados, 30 minutos y 12.36 segundos de latitud norte, con 110 grados, 40 minutos y 59.19 segundos de longitud oeste.

Este lugar abandonado fue, durante décadas, de importancia estratégica fundamental para los intereses nucleares de los Estados Unidos, pues como puede apreciarse en la siguiente fotografía, el almacen que se observa al fondo, enmedio de dos árboles, albergó entre 1940 y 1946 el grafito que sirvió para construir el primer reactor nuclear que logró alcanzar estado crítico en diciembre de 1942.







El rector nuclear a que me refiero se conoce ahora como la pila de Fermi y una imagen del mismo se aprecia enseguida. Es una foto de la colección: University of Chicago Centennial Catalogues, y puede encontrarse en la siguiente dirección de Internet

http://www.lib.uchicago.edu/e/spcl/centcat/fac/images/faculty_img54_lrg.jpg



Esta pila era un reactor nuclear controlado, fue hecha con base en el siguiente diagrama del mismo Enrico Fermi, quien fue el físico teórico estrella del proyecto inicial que culminó después en la elaboración de las primeras bombas atómicas.




Los cuadritos dibujados en la página izquierda del cuaderno eran bloques de grafito altamente purificado y las rueditas negras eran el uranio en el cual habría de realizarse los procesos de choque de neutrones contra átomos de uranio 235.

El grafito son átomos de carbono acomodados como se indica en la siguiente figura





y las razones físicas por la que fue utilizado será relatada en otro blog.

La imagen del grafito es el de una piedra negra como la de la siguiente fotografía




Más de 70 días antes de que fuera hecho el diagrama insertado arriba, para ser precisos en septiembre de 1941, un grupo de físicos alemanes bajo la dirección de Werner Heisenberg habían logrado fabricar su propio reactor nuclear, que no alcanzó el estado crítico porque les faltaba la cantidad suficientemente grande de agua pesada. Sin embargo, el experimento les permitió calcular cuánta agua pesada y cuánto uranio les faltaba para alcanzar el estado crítico. Les sirvió para saber que estaban en el camino correcto y para medir en qué punto se encontraban de ese desarrollo hacia un explosivo nuclear.

En 1941, la diferencia en adelantos estaba a favor de los alemanes, pero como estos no tenían suficiente agua pesada, ni habían logrado establecer en el experimento la importancia del grafito para los reactores nucleares, se quedaron allí, mientras que los científicos reunidos por los estadounidenses siguieron avanzando.

La primera gran diferencia fue el grafito, que salió de la mina llamada San José de Moradillas y fue embarcado por ferrocarril en Estación Moreno Sonora.

Uno de los mineros que trabajaron en el interior de esa mina de grafito se observa de espaldas en la siguiente fotografía, conduciendo una carreta jalada por un caballo, llevando agua en una pipa pequeña de 600 litros. Cuando trabajaba en el interior de esa mina, con pago a destajo, es decir, con sueldo que dependía de la cantidad de mineral que lograba sacar, tenía menos de 25 años, igual que su esposa. Juntos iniciaban el largo camino que los llevó a construir una familia en condiciones climáticas extremas, al margen de las ayudas asistenciales mexicanas que vendrían décadas después. En el trayecto de sus vidas jóvenes perdieron dos hijos, presumiblemente por la falta de atención médica, o por la mala calidad de la existente.




Al fondo de la foto se aprecia el almacén más viejo, donde se albergó el grafito del que hablamos. El otro fue construido más de 15 años después de terminada la segunda guerra mundial.

A la izquierda de la carreta se aprecia un montón de grafito de mala calidad, cuyo uso será relatado aquí en otra ocasión.

En primer plano se ve el cerco de su casa, a la izquierda un laurel y a la derecha un árbol de limón.

Por encima del montón de grafito se aprecian, borrosas, dos de los vagones de ferrocarril que se usaban para transportar el grafito hacia los Estados Unidos. Se llamaban tolvas.

En Estación Moreno Sonora no había agua, pues el ferrocarril había desactivado su pozo cuando introdujo el sistema de máquinas con motores a base de diesel. Había que traer el agua en la carreta desde más de 2 kilómetros de distancia. A menos de 300 metros de este terreno que se aprecia en la fotografía pasaban los cables que conducían la energía eléctrica desde una central termoeléctrica en Guaymas Sonora, iban rumbo a Hermosillo, pero en Estación Moreno, nunca hubo electricidad desde esa fuente.

La historia de sus habitantes fue siempre esa, trabajar para la civilización, sin disponer de ella. El paisaje era negro a causa del grafito, en un terreno pedregozo de manera natural y con 48 o 50 grados de temperatura en el verano. Sin un pedazo de hielo, sin refrigeradores, sin agua fría, sin un abanico para calmar el calor, mientras se trabajaba para una civilización que nos llegaba por el aire, en la información que portaban las ondas de la radio, único contacto directo con el exterior.