sábado, 4 de septiembre de 2010

Arte con alambre en Estación Moreno Sonora




Sería tal vez el año de 1971 o el de 1972 en Estación Moreno Sonora, cuando uno de sus habitantes se encontró un pedazo de alambre enredado con cierto orden para fabricar alguna clase de vasija cuya forma apenas se había empezado a esbozar. Probablemente el trabajo de alambre fue iniciado por alguno de los cuidadores del ganado que entonces se embarcaba hacia otros sitios del estado de Sonora, o del país, o de los Estados Unidos.

Con todo y que estaba a medio empezar, la armadura de alambre tenía la estructura suficiente para mostrar cómo seguir con el trabajo cuando se lo encontró un joven estudiante de historia que pasaba sus vacaciones allí. Consciente de que Doña Conchita gastaba parte de su tiempo buscando o improvisando dónde guardar sus insumos de cocina, el muchacho continuó con el proceso de curvar y enredar el alambre para terminar la forma de una canastilla que terminó albergando huevos en la cocina.





Eran alambres de paca, duros y resistentes, que venían por pares para mantener unidos los paquetes de alfalfa que servían para alimentar al ganado que era embarcado para alimentar mexicanos o extranjeros. Quiero decir con esto que no era tarea fácil enredar un alambre diseñado para el manejo pesado y rudo de los trabajadores del campo que alimentaban al ganado. Sin embargo, un poco de callos en las manos, un montón de paciencia adornada con perlas de sudor, más mucho tiempo disponible, terminaron dando la experiencia que permitió convertir una necesidad, combinada con curiosidad, en una actividad que a la vuelta de los años terminó por apreciarse como un arte que se guarda en dos casas de dos países distintos.



Una de estas casas se encuentra en Hermosillo Sonora, la otra en Phoenix Arizona.


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